Anteriormente, los deportes de pelota habían tenido presencia
en la Antigua Grecia, en China y en América, pero no podemos relacionarlo
directamente con la pelota valenciana porque no hay indicios ni documentos que nos
indiquen que exista tal relación. Es a partir de la Edad Media cuando
comenzamos a encontrar información sobre la pelota valenciana o similar a esta.
En la Edad Media, tanto en tierras francesas y españolas, se
practicaban varias modalidades. En Francia el juego se conocía como “jeu de
paume”, es decir, juego practicado con la mano. En 1292 en París había 13
talleres de fabricación de pelotas. Este era un deporte que se practicaba en
recintos cerrados (tripots) con una
red en el medio por encima de la cual había que pasar la pelota. La puntuación
de este juego era muy parecida a la de pelota valenciana actual.
Luís Vives en el siglo XVI comparó en sus Diálogos ambas maneras de jugar a
pelota, en Francia y en el Reino de Valencia, y como conclusión obtuvo que
ambas formas, aunque tenían sus diferencias, tenían las mismas reglas.
En la Corona de Aragón la pelota fue un deporte muy popular y
muy practicado por la nobleza y también, por lo reyes. Pero todo este éxito,
trajo posteriormente una decaída de su popularidad, hasta el punto que para
evitar problemas, se prohibió la práctica en las calles, dejando únicamente
practicarlo en los recintos cerrados (trinquetes)
que únicamente podían mantener las clases altas.
Pero a pesar de las constantes prohibiciones que recaían
sobre el juego, las clases populares continuaron practicando pelota y las
clases bajas abandonaron la práctica por falta de recursos.
No es hasta finales del siglo XIX cuando los periódicos del “Cap i casal” empiezan a redactar
crónicas de partidas de pelota, principal y mayoritariamente en el trinquete de
Pelayo (1868), pero también las hacían de las partidas que se jugaban en la
calle.
La gran revolución en pelota llegó de la mano de Nel de Murla
quien en 1910 colocó en medio del trinquete una cuerda a 2 metros de altura y a
partir de ahí surgió la modalidad de Escala i corda. Hasta ese momento, en el trinquete
se jugaba como en la calle, a ratlles.
Posteriormente, la popularidad de la pelota no tuvo el mismo
auge que la de otros deportes. Además, la expansión urbanística supuso un gran
problema para continuar con las partidas en las calles, esto y otros factores
provocaron que la situación de la pelota en la década de los 60 del siglo XX
fuese muy crítica.
Llegados los años 70 y 80, la pelota vuelve a resurgir
gracias a un pelotari, Genovés I, que
con su carisma y su forma de jugar atrae a muchos y numerosos aficionados de
nuevo al trinquete.
En 1984 nace la Federación
de Pelota Valenciana y con ella todas las modalidades empiezan a promoverse
por los pueblos y ciudades. El 2 de octubre del 2000, el Conseller, Manuel
Tarancón, propuso la Orden mediante la cual se
tienen que construir instalaciones específicas de pelota valenciana en los
colegios e institutos de nueva planta, y de este modo, empezar a introducir muy
lentamente la pelota valenciana en nuestros centros educativos.
En el año 2005 comienza el proyecto de educativa Pilota a l’escola con el objetivo de
promover el uso de las instalaciones de los centros y además difundir el
deporte y la práctica de pelota valenciana.
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